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Espacio artístico cultural independiente, alternativo e itinerante

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PARA LA TRANSFORMACIÓN Y LA HUMANIZACIÓN

domingo, 9 de junio de 2013

Compañeras de Moreno participaron entre el 17 y el 22 de mayo de 2013 del 1er Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria realizado en la ciudad de La Paz, Bolivia.







Allí se presentaron las distintas propuestas que se vienen desarrollando en el ámbito de la cultura comunitaria: los proyectos “Cine móvil por la memoria”, “Café literario en las escuelas” y “Taller de la cultura en la salud de la comunidad”. Las compañeras disertantes que viajaron a Bolivia fueron las delegadas Elisabet Palamara, Mónica Battaglia y Segunda Gutiérrez Velásquez. Reproducimos a continuación un texto que describe el proyecto “Pueblo hace cultura” y que le da marco a la participación de nuestro país en el mencionado Congreso.
En nuestro país y en toda Latinoamérica existen millones de personas y grupos que buscan cambiar la realidad a través del arte, la cultura y la comunicación. En grupos de teatro comunitarios, en murgas, centros culturales, a través del cine, la radio o la música, con la danza y con el cuerpo.Miles de pequeñas y grandes organizaciones inventan belleza para el barrio y para el pueblo desde el corazón mismo de nuestros sectores populares. Son niños, adultos, jóvenes y también abuelos de las comunidades, los que hacen sin buscar ganancias y sin el ánimo de lucro y que en sus temas aparecen la fiesta y la alegría, los personajes del barrio, los colores, la estética de las personas y las comunidades. Pero también aparece la injusticia, la pobreza, la necesidad de organizarse y trabajar por la salud, la educación, la vivienda y tantas necesidades de nuestras mayorías.En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el noventa por ciento de las propuestas de teatro que se conocen están originadas en grupos autogestivos. Los músicos independientes organizados de nuestro país editan cerca de setenta nuevos títulos por mes, mucho más que cualquier multinacional disquera. Sólo en la Argentina se calcula que existen unos 17.000 colectivos culturales que participan en unas 2.500 fiestas populares y festivales por año en los municipios. Los medios barriales y comunitarios de comunicación ya han logrado una Ley Nacional que contemple su trabajo, y las murgas y comparsas comunitarias después de años de lucha consiguieron que se recuperara para el pueblo el feriado y la fiesta del carnaval.Ya existen redes nacionales de teatro comunitario, de arte y transformación social y de centros culturales entre otros. Pero no es sólo en Argentina: en Uruguay esos grupos y organizaciones de cultura comunitaria movilizan todos juntos unos 7 millones de dólares por año y son los principales responsables de las actividades culturales nacionales más importantes. En Brasil cerca de 5.000 experiencias comunitarias de arte, cultura y comunicación, forman parte de la política de los “puntos de cultura” en la que el gobierno brasileño invierte un importante porcentaje en su presupuesto anual.Esta realidad, sin embargo tiene su contracara. A la hora de garantizar la supervivencia de estas miles de experiencias en Argentina los recursos siempre son escasos, y las leyes y las ordenanzas apenas si los tienen en cuenta. Rifas solidarias, colectas y actividades no siempre sirven para comprar materiales o sostener profesores que desarrollen su tarea en los barrios en los que el poder adquisitivo de la población es bajo y hay otras cosas que priorizar. Esta enorme potencialidad de creación y solidaridad del pueblo no tiene aun en nuestro país leyes, planes de capacitación y formas de financiamiento que garanticen un mínimo posible de continuidad y de crecimiento. Las iniciativas existentes en los gobiernos son mínimas, aun no contamos con un verdadero Ministerio de Cultura en nuestro país y a los pocos programas estatales que existen acceden apenas el 0.01% del universo real de estas experiencias y grupos en todo el país.Queremos que se cree el Ministerio de Cultura en la Argentina, que se le asigne como mínimo el uno por ciento del presupuesto nacional que recomienda la UNESCO, y queremos que se destine todos los años un porcentaje equivalente al 0.1% del presupuesto total nacional a sostener y fortalecer proyectos culturales comunitarios y del arte autogestivo independiente. La propuesta podría involucrar a distintas áreas del gobierno y tendríamos así en la Argentina nuestros “puntos de cultura” que son un logro en Brasil de los pueblo originarios, de los barrios, de las bibliotecas populares, de los grupos de muralismo, video, los ballets folclóricos populares, el arte callejero, las radios comunitarias. Los puntos de cultura ya fueron avalados por la ley del Parlamento del MERCOSUR sancionada por unanimidad y en base a la lucha de las organizaciones sociales culturales de toda América Latina. Sólo hay que votarla en el Congreso en implementarla concretamente. Una iniciativa de este tipo movilizaría en todo el país a más de 9 millones de argentinos y argentinas en proyectos culturales comunitarios ganando las plazas y el espacio público con producciones solidarias y creativas, enfrentando las realidades de la pobreza y la violencia con las fuerzas del arte, la cultura y la comunicación.Por eso estamos redactando nuestro proyecto de ley de los puntos de cultura con aportes de todas las experiencias en todo el país, con ideas y propuestas, con la fuerza de una energía que va creciendo. No es imposible, está sucediendo en muchos lugares de Latinoamérica y cambiando duras realidades en barrios y ciudades como en el caso de Medellín, San Pablo o México DF. En Bolivia, en Venezuela, Ecuador y Paraguay la cultura y la comunicación comunitaria son una herramienta formidable de organización y democracia participativa. El mercado hace productos, el pueblo hace cultura.

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